Ir al contenido principal

El Mundo Ideal



9 Octubre 2005


Remoto

Despachos desde el Oeste

24o Festival Internacional de Cine de Vancouver



“No concuerdo con la vida, no cambio mi ser, no cederé. Soy Estamira y punto”. Este no es el único grito de guerra de la sexagenaria que acumula arrugas de vida y de 20 años trabajando en un inmenso basural, en medio de cuervos, perros y colegas de infortunio. “Estamira”, primer largometraje del fotógrafo Marcos Prado en exhibición en la vigesimocuarta edición del Festival Internacional de Cine de Vancouver.

Por Omar Ruiz-Diaz | En VANCOUVER, COLUMBIA BRITANICA, Canadá.
Marcos Prado 
- ”No hay más inocentes, hay astutos al revés”, es otra sentencia definitiva de la insólita protagonista del documental ”Estamira”, una anciana esquizofrénica que se confiesa ”loca, sin juicio, pero consciente, lúcida”, y que se reconoce ”perturbada”, aunque sabe ”distinguir la perturbación”.

Su mundo es el basural a cielo abierto de Jardín Gramacho, que recibe buena parte de los residuos de la región metropolitana de Río de Janeiro y que recientemente ha sido convertido en relleno sanitario.

Basura es ”resto y descuido”, define ella, quien se declara ”enamorada” del relleno sanitario donde convive con otros ”catadores”, los pobres que allí sobreviven recogiendo alimentos descartados y desechos reciclables como latas, papel y vidrio. En otros países latinoamericanos son llamados basuriegos, pepenadores, cachureros, hurgadores, excavadores o buzos.

El filme que muestra esa vida penosa junto con el discurso desconcertante, con recursos poéticos y retóricos sorprendentes en una ”loca”, fue premiado como el mejor largometraje en el VII Festival Internacional de Cine Ambiental en Goias.

También ganó el premio de Prensa y del Jurado Popular de este festival conocido por sus siglas FICA, que tiene lugar cada año en aquella histórica ciudad ubicada en el centro de Brasil, a unos 340 kilómetros de Brasilia.

Pese a estos y otros galardones en festivales de Francia, Estados Unidos y República Checa, el filme de Marcos Prado, finalizado en 2004, aún no logró ser exhibido en el circuito comercial ni en la televisión en su país, como han logrado otros documentales brasileños últimamente, se lamentó André Trigueiro, periodista ambiental que presidió el Jurado del FICA.

Prado es un fotógrafo y productor de cine que por muchos años registró en fotos, publicadas en el libro ”Jardín Gramacho”, la evolución del basural. Cinco años atrás, al fotografiar personas, descubrió Estamira y se encantó por su forma de hablar por lo cual decidió filmarla.

Fueron cuatro años de filmaciones que produjeron 120 horas registradas en película y video. La película finalmente quedó reducida a 100 minutos, pero aún parece demasiado larga. Ganaría densidad y mayores posibilidades de seducción a los espectadores con un mayor recorte.

Alternando partes en blanco y negro, obscureciendo el triste ambiente basurero, y otras en color, el filme destaca principalmente el discurso del personaje central, que va perdiendo fuerza y vocabulario mientras la esquizofrenia se agrava a lo largo de los cuatro años.

Impactante es el ateísmo de Estamira que al final ya no soporta a su hijo devoto de una iglesia evangélica. Blasfema violentamente al oírlo decir textos de la Biblia. ”Dios sucio, violador, traidor”, grita ella, entre palabras más groseras aún.

En su locura, ella proclama teorías sobre los más variados temas, con una oratoria a veces exagerada, con una serie de tres o cuatro adjetivos, expresiones aclaratorias o antítesis, a veces equivocándose en palabras mal asimiladas.

”Uno no aprende en la escuela, donde solo se copia, uno aprende con los acontecimientos. La escuela es sólo copias, hipocresías y mentiras”, sostiene.

Los testimonios del hijo mayor y de dos hijas suyas permiten reconstituir la historia de Estamira. Se sabe entonces que tuvo un padre violento, por lo menos dos maridos, una madre que también sufrió alguna enfermedad mental. El remordimiento por haber internado a su madre en un manicomio la libró de tener el mismo destino. Sus hijas decidieron jamás repetir el error.

Hace 20 años que ella alterna períodos de dos o tres semanas en el basural, durmiendo al aire libre, y algunos días en su casucha en un barrio lejano, donde la visitan sus hijos.

Estamira odia a Dios, pero cree en la existencia de un ”control remoto natural superior” y otro artificial que, al parecer, tiene que ver con la tecnología desarrollada por los seres humanos.

Pero cuando se siente mal o tiene dolores, lo atribuye a un indefinido ”control remoto”.

Teoriza sobre el ”más allá del más allá” y sobre la muerte, el ”desencarnar”, que nada más sería asumir ”el formato transparente, invisible”. Además de diatribas contra Dios, que ”sólo habla de guerra” y su ”pena de Jesús”, ella se endiosa: ”Mi misión es mostrar la verdad y capturar la mentira”. ”Soy la visión de cada uno, nadie puede vivir sin mí”, asegura.

Tanta locura es porque ”mi cabeza trabaja mucho” y tiene adentro ”un cometa”, explica en el filme. Diagnostica que ”la tierra es indefensa” y su dictamen para el mundo de ”hipócritas, descarados e insignificantes” es que ”la única solución es quemar todo".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobreviviente

Me han dicho que he nacido en una especie de Centro de Salud localizado en un edificio colonial llamado "La Acera", en el sureño pueblo de Santa Rosa, en la provincia de Misiones, en Paraguay. Fue en la madrugada del 28 de Marzo de 1964. Vivíamos casi en los límites del perímetro urbano en un terreno fiscal que mi padre, quien fue un oficial de la Policia, ha rentabilizado provechosamente durante años. Así eran las cosas en aquellos años cuando y donde la epidemia de la Dictadura expandía la cultura de la corrupción, el clientelismo político y el nepotismo por todas partes.  Había otro terreno público al lado de nuestra casa, que también se aprovechaba para cultivar mandiocas. Yo era el último de seis hermanos y hermanas de una disfuncional y frecuentemente violenta familia que viviamos en una amplia casa, rodeado de una gran patio poblado de plantas y flores que admirar. Al costado, se alzaba un gallinero y una porqueriza y, atras, una parcela de naranjos, limones y...

Lo Recuperado, lo Recuperable.

A continuación iré publicando todo lo que pude rescatar de un antiguo Blog en español, La Coctelera, que habían cerrado sin dar demasiado tiempo para salvar los documentos. Por casualidad, he hallado un sitio web llamado Archive.org, un sitio que aparentemente saca fotos (snapshot) de los sitios que incluso ya no existen.  Esto es lo que escribí en mi perfil de ese Blog:  Soy Omar Ruiz-Diaz y vivo en Vancouver, Canada. Es una ciudad que posee un criterio propio: La ultima frontera del Oeste. No hay vecindario mas alla de las montanas. Alaska observa por sobre los mosquitos del Yukon. Hace un ano regrese de Europa, donde residi por cinco temporadas ( ver www.omarglobal.com ). Estoy aprendiendo a estabilizarme, mas echo de menos Europa. Es Noviembre y eso es lluvia aqui. Aun asi, gusto andar en bicicleta y escuchar a Amaia Montero (La Oreja de Van Gogh), Eva Amaral (Amaral), Manu Chao, Nina Pastori y la guitarra de Paco de Lucia. En general y, ultimamente, copio mis ar...

Historia de una botella de vino

La última curva, a la salida de Santiuste de San Juan Bautista, un enclave en medio de la nada, por la carretera SG-343, es la localización donde se alza el señorial edificio de Bodegas Avelino Vegas. A un costado, los grandes contenedores que almacenan los mejores caldos de la denominación de origen Rueda. Ingreso con mi bicicleta bien al interior de las naves donde un empleado carga frenéticamente palés de vinos con su toro (carretilla elevadora) un camión de gran porte; con su teléfono al oído y la radio a todo volumen en un mostrador al fondo del galpón. Elude mi bicicleta con su montacargas como si yo no existiera. Aún gritándole, no se inmuta. Me acerco al camión desde donde veo al que parece ser el chofer, moviendo los palés con su montacargas manual hidráulico hacia al fondo de la carrocería. Lo hace con destreza y prontitud. Da la impresión que esto es cargar rápido y salir. No hay tiempo que perder con un solitario y barbudo bicicletero que, además, lleva un vehículo t...